Roberto Sánchez nació el 19 de agosto de 1945 en la Maternidad Sardá. Hijo único de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, se crió en Valentín Alsina, lugar donde pasó su niñez y adolescencia. Sus orígenes humildes le forjaron una personalidad especial y lo hicieron el hombre que fue después: un luchador empedernido.

Con Los Caniches grabó un primer single llamado “Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina”. Luego el conjunto cambiaría su nombre y pasaría a llamarse Sandro y Los de Fuego, ya con “El Gitano” como líder. En esa formación estaría acompañado por José Sandri, en guitarra; Enrique Irigoytía, en guitarra rítmica; Héctor Centurión, en bajo; y Armando Quiroga, en batería.

La banda se destacó por las vestimentas de sus miembros y los llamativos movimientos que hacía Roberto, claramente inspirados en Elvis Presley. Sin embargo, al poco tiempo, el argentino logró alcanzar una identidad personal que lo convertiría en una de las voces latinas más conocidas de todos los tiempos.

Si bien a fines de los ’60 empezó a dejar el rock and roll para inclinarse por la balada romántica, derivada del bolero, no desaprovechó las oportunidades que tuvo para “despuntar el vicio” y volver al género o, al menos, grabar con músicos de ese movimiento.

El 4 de enero de 2010 murió en el Hospital Italiano de Mendoza por un shock séptico tras haberse sometido a cinco intervenciones luego de un transplante cardiopulmonar. Ese día dejó este mundo pero nació la leyenda en la que se convirtió gracias a una voz envidiable, un carisma único y un talento inigualable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *